Mariela conversa con René (Foto F.P.C) |
Inmediatamente
después de la clausura del XXX Congreso Internacional de la Asociación
de Estudios Americanos (LASA), en San Francisco (California), participé
en una emotiva reunión organizada por el Comité de Solidaridad por la
libertad de Los Cinco, que coordina Gloria La Riva, con la asistencia de
numerosos intelectuales de Cuba y de los Estados Unidos. Allí estaban
Alice Walker, Danny Glover, Saul Landau, y Miguel Barnet, entre muchos
otros.
Para
sorpresa de todos, René llamó por teléfono y, al llegar mi turno de
hablarle, me recordó entre risas cuando años atrás, en una entrevista
de CNN, yo comentaba sobre Educación Sexual en Cuba y un set lleno de
imágenes reclamaba la libertad de Los Cinco. Para él fue muy divertido
cuando la entrevista irrumpió en su celda y se percató de que la cámara
se esforzaba cerrando el plano para impedir que fuesen vistas, pero
resultó infructuoso. Los rostros de los Cinco me acompañaron durante
toda la entrevista.
René
tiene una manera de comunicarse que parece que no ha sufrido; y no
quiero imaginar cómo ha podido sobrevivir en estos 14 años. Quise
conocerlo cuando vino a despedirse de su hermano gravemente enfermo, en
esos 15 días llenos de restricciones y una mezcla de fuertes emociones;
pero preferí respetar su anhelada privacidad familiar. Si fuese
Olguita, no le perdonaría a nadie interrumpir las pocas horas de su
intenso reencuentro amoroso, después de tantos años.
Pocos
minutos después, llamó Gerardo y apenas le pude hablar. Me dediqué a
escucharlo con un nudo en la garganta. Pensar en dos cadenas perpetuas y
15 años de prisión, sin evidencias para la sentencia, se hace muy
difícil. Pero su fortaleza de espíritu es contagiosa y escuché su
mensaje de esperanza, su agradecimiento a todas las personas que los
apoyan, su saludo a profesionales y activistas, que junto al CENESEX hemos dedicado ya dos Jornadas Cubanas contra la Homofobia para pedirle al presidente Obama la libertad de Los Cinco.
Tanto
René como Gerardo me pidieron transmitir a Fidel y a Raúl su
disposición permanente a defender la Revolución, donde quiera que se
encuentren, y que nuestro pueblo puede contar siempre con ellos.
La
situación de Los Cinco cubanos presos injustamente en cárceles
estadounidenses hace más de 13 años ha sido silenciada y manipulada por
los medios de comunicación de los Estados Unidos. Durante mi viaje a ese
país, abordé el tema en CNN y Democracy Now!,
como parte de entrevistas solicitadas por esos medios para tratar los
temas que trabajo. Pero, inevitablemente, los medios me hacen preguntas
políticas sobre la realidad de la Isla, como si ser la hija del
Presidente fuese un cargo público. Aunque siempre respondo lo que
pienso, me niego a aceptar una responsabilidad adicional a las que ya
tengo como directora del CENESEX,
como ciudadana cubana y como activista de la sociedad civil. Por eso
aclaro que me encanta mi papá, pero hablo desde mi responsabilidad
personal, y agradezco la oportunidad que me dan para expresarme.
En
las conversaciones que sostuve con estos dos medios, reiteré que Los
Cinco son inocentes y deben regresar a Cuba sin dilación. Estaban en esa
tierra para proteger a la población cubana y estadounidense de actos
terroristas que connotados grupos del Sur de la Florida han planificado y
ejecutado contra mi país, no solo en territorio cubano sino también en
los Estados Unidos y en otras naciones. También dije que el terrorismo
de estado ha cobrado al pueblo de Cuba más de 5 mil víctimas entre
fallecidos y lesionados permanentes. El trabajo realizado por Los Cinco
en Miami impidió que fuesen más.
Recientemente, leí en Cubadebate que surgieron evidencias desconocidas en el momento del juicio de Los Cinco y
que los abogados de Gerardo Hernández (Tom Goldstein y Martin Garbus)
presentaron una moción al tribunal del Distrito Sur de la Florida, en la
que solicitan una audiencia oral y que la Corte ordene a ese gobierno
entregar los documentos y otros materiales que obran en su poder.
De prosperar esta petición, la opinión pública mundial tendría la oportunidad de conocer sobre los
pagos realizados por el gobierno estadounidense en Miami a 84 personas
vinculadas a los medios, 7 cadenas de TV y 13 estaciones de radio, que durante el juicio contra Los Cinco desarrollaron una poderosa campaña mediática para influir en su contra.
Se
sabe que estos periodistas han recibido miles de dólares y que todavía
usan un leguaje tendencioso y manipulador, con una escandalosa falta de
rigor ético y profesional en el campo de la Comunicación Social, y que
ha impactado negativamente en el esclarecimiento de la verdad durante un
proceso legal que ha privado de su libertad, por casi 14 años, a cinco
personas inocentes.
A mí me sorprendió que el tribunal de Miami desestimara las declaraciones presentadas por testigos del Pentágono y del FBI,
cuando aseguraron que no existen evidencias de que René, Ramón,
Gerardo, Fernando y Tony realizaran labores de espionaje contra el
gobierno de los Estados Unidos, ni que sus acciones pusieran en peligro
la seguridad nacional de ese poderoso país.
Recuerdo
con mucho dolor los 17 meses que, sin ninguna razón para tanto castigo,
permanecieron estos jóvenes en “el hueco”, junto a una larga lista de
violaciones a sus derechos como convictos. No puedo imaginar el martirio
de Gerardo Hernández cuando recibió la noticia de la enfermedad y
posterior fallecimiento de su madre. De acuerdo con las leyes
norteamericanas, a él, en su condición de recluso, no se le puede
conceder la posibilidad de despedirse de sus seres queridos.
No
me cansaré de reclamar el fin de esta larga injusticia. El pueblo de
Cuba no abandona a sus hermanos y mucho menos a sus héroes. Ellos han
consagrado sus libertades por las nuestras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario