Por Berta Mojena Milian
Para
la mayoría de las personas en el mundo, el día de su cumpleaños -el
aniversario de su nacimiento- es una jornada para compartir, recibir
regalos materiales y espirituales, ser visitado por personas queridas,
recibir llamadas o gestos inesperados y hasta hacer una fiestecita o
pasear por algún lugar deseado en buena compañía, visitar a la familia,
reunirse con seres queridos, estar alegre, en paz.
Hay
quienes incluso, consideran su onomástico una buena ocasión para
rememorar el último año de vida, retomar sueños dejados a un lado por
múltiples motivos, trazarse nuevas metas, reencontrarse con uno mismo,
reflexionar, soñar, vencer obstáculos, iniciar nuevos caminos…
Quizás
por esto, desde horas tempranas de esta mañana, no hago otra cosa que
pensar en los sentimientos encontrados que estarán pasando hoy por la
mente de un hermano -de alma, convicción e ideas - que hace ya casi 14
años que celebra su cumple tras la rejas de una prisión de máxima
seguridad en Estados Unidos: Gerardo Hernández Nordelo.
Este
4 de junio Gerardo cumple 47 años, una edad de profunda madurez,
sabiduría y enseñanzas que ha tratado de regalar en palabras, dibujos,
caricaturas y hasta en poesía, pues desde la distancia, ha llenado el
espíritu, la conciencia y la voluntad de muchísimos hombres y mujeres
del planeta -sobre en todo en el pueblo cubano- que ven en el batallar
diario de los Cinco, la más noble fortaleza para continuar defendiendo
un futuro mejor para todos.
Él
sabe que su Adriana y su pueblo lo esperan, que muchos celebran hoy que
existan personas como él, que haya nacido un día como hoy, que sea
referente para varias generaciones de cubanos, que camine por la vida
dando una de las muestras más grandes de dignidad y fortaleza
espiritual. Sabe que por mucho que lo encierren, que lo escondan, que
traten de oscurecer las luz que irradia su actitud, son más grandes la
voluntad y el amor con que ha vivido todos estos años, aunque no pueda
celebrar sus cumple en casa.
Si
estuviera aquí, si pudiera hoy hablarle, escribirle, decirle cuánto lo
admiro o mejor, los admiro a los Cinco, mi voz sería muy vaga para
gritar con toda la fuerza lo que deseo. Pero al menos, como quien lo
hace a alguien muy cercano, con entusiasmo, cariño y respeto le diría:
Feliz Cumple, hermano Gerardo. ¡Felicidad!, ¡Felicidad!, ¡Felicidad!
Fuente Blog Apuntes desde Cuba
No hay comentarios:
Publicar un comentario