Por Lázaro Fariñas*

El Comité Internacional por la Libertad de los Cinco cubanos injustamente condenados a larguísimas penas de prisión por un tribunal federal de Miami ha convocado a una jornada de solidaridad para que sean excarcelados. Están exhortando para que se envíe al presidente de EE.UU., Barack Obama, por cualquier vía posible, una demanda de libertad para esos jóvenes cubanos. El presidente tiene la facultad para que tan solo con una firma, los mande al lado de sus familias. Se ha repetido un millón de veces que haber celebrado aquel juicio en Miami era una forma segura de condenarlos. Sabemos que era casi imposible que ellos hubieran tenido un juicio justo en esta ciudad que está controlada políticamente por la ultraderecha de origen cubano que la ha envenenado de odio hacia Cuba. Periódicos, programas de radio y televisión, así como alcaldías, son controlados aquí por esa ultraderecha irracional y troglodita.
Es decir que, mientras el Comité de Solidaridad lanza una campaña mundial por la libertad de los presos antiterroristas, en Miami lanzan una local para que no los liberen. Estas mujeres que llevan a cabo una campaña de presión y gritería para que los antiterroristas sigan en las cárceles, son las mismas que, a grito limpio, también piden que no sea condenado, en El Paso, Texas, Luis Posada Carriles, quien, en estos mismos momentos, está siendo juzgado por haber mentido a las autoridades de inmigración de este país y no por lo que realmente debería ser encausado, o sea, por terrorista confeso. Todos sabemos lo que le declaró Posada a una periodista del New York Times en relación con las bombas que estallaron en diferentes centros turísticos de La Habana. Solamente por esa admisión que fue publicada en dicho periódico, es para que el personaje sea juzgado por lo que realmente es y no por lo que lo están juzgando. Esas mismas señoras son las que piden, exigen, que suelten en Cuba a Alan Gross que está acusado por el gobierno cubano de “Actos Contra la Independencia o la Integridad Territorial del Estado”. Gross es un norteamericano que fue a Cuba a distribuir, entre los opositores al régimen, teléfonos satelitales y otros equipos tecnológicos de última generación para que fueran usados por estos para atacar a Cuba y a su gobierno. Es decir que, quieren que mantengan en prisión a cinco hombres que sólo trataban de buscar información entre los enemigos de Cuba en los Estados Unidos para evitar actos de sabotajes en la isla y quieren que pongan en libertad a alguien que fue cogido con las manos en la masa mientras entregaba equipos tecnológicos para la subversión interna.
Los jóvenes cubanos no estaban espiando al gobierno de los Estados Unidos, ni estaban ayudando a subvertir el orden en este país, solamente estaban tratando de evitar actos terroristas en su patria y por eso fueron injustamente condenados a largas penas de cárceles por un tribunal federal de esta ciudad que está llena de odio hacia Cuba. Ni tan siquiera se puede poner una simple valla anunciadora pidiendo su libertad, ni tan siquiera un simple anuncio pagado en el periódico local. Esta es la libertad que estos granujas quieren imponer en nuestra isla.
*Periodista cubano residente en EEUU.
Publicado en Miami, 5 de Febrero de 2011
Tomado de http://auto-hermes.ning.com/profiles/blogs/libertad-para-los
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