El mítico Unicornio azul del trovador Silvio Rodríguez, apareció este sábado en un parque de la barriada capitalina de Jaimanitas.
Esta nueva obra de arte surge gracias a la creatividad y enorme corazón del ceramista de casta José Fuster, como otro reclamo por el pronto retorno de los Cinco antiterroristas cubanos injustamente prisioneros por el imperio.
Su rechoncha y tierna figura con un desafiante cuerno añil, símbolo de libertad, amor, amistad y todo lo bueno y bello que en el mundo existe, no podía tomar mejor causa que la de Ramón Labañino, René González, Antonio Guerrero, Gerardo Hernández y Fernando González, en la extensión del hogar materno Celia Sánchez Manduley, de Jaimanitas.
Ricardo Alarcón de Quesada, presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, destacó que a la espera de la decisión de la Corte Suprema de Justicia de Estados Unidos acerca de la revisión o no del caso, no nos cansamos de decir que el presidente Obama, si quisiera, podría determinar que mañana mismo, los Cinco hermanos regresen a sus casas.
Subrayó que esta obra de Fuster, quien no se ha cansado de luchar a favor de nuestros Cinco compatriotas que dan la vida por nosotros, nos recuerda que debemos seguir avanzando en la lucha por su liberación y reafirmar que nunca los olvidaremos.
Fuster precisó que el parque Unicornio Azul es para las futuras madres, para los niños y todo el pueblo, y espera que todos vengan a hacer compañía al legendario animal, a cuya tan original silueta llenó con su poesía de guajiro de costa, cuya aspiración es compartir la belleza a sus semejantes, con las criaturas que hace mucho saltaron los muros de su casa para invadir el imaginario colectivo.
Gabriel Navarrete, presidente de la ONG española Cultura y Cooperación Internacional, quien apoya a Fuster en su noble empeño, afirmó que cuando supo acerca de los Cinco antiterroristas cubanos, adoptó su causa para darla a conocer en el mundo y batallar por su liberación.
Consideró a la amistad como uno de los más nobles y valiosos sentimientos humanos y afirmó que su corazón permanece en Cuba, donde viven sus mejores amigos y ocurren acciones como esta.
Magali LLort, madre de Fernando, y Mirta Rodríguez, de Antonio Guerrero, con serenos rostros y hondamente conmovidas, recibieron el respeto y el cariño de todos los presentes, quienes las consideran continuadoras de la legendaria estirpe de Mariana Grajales.
Los niños de Jaimanitas, con el uniforme escolar rojo y blanco, se adueñaron del parque y con su frescura y espontaneidad dieron una nota de firme ternura con poemas y canciones, sus juegos y ese aliento de futuro que hace creer en los sueños realizables, la justicia y el reino de las utopías al roce de la mano. (AIN)
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