Por Gustavo Espinoza M.*
Dos hechos significativos han ocurrido en las últimas semanas. Ambos podrían tener incidencia fundamental en el caso de los 5 héroes cubanos encarcelados desde hace más de diez años en los Estados Unidos.
El primero, está vinculado al cambio de mando en los Estados Unidos de Norteamérica. Barack Obama, que asumió el puesto el 20 de enero pasado, cumple hoy precisamente 30 días de gestión gubernativa y no ha adoptado ninguna decisión conocida vinculada al bloqueo a Cuba o al caso de los 5. Es claro, en verdad, que los problemas que afronta su administración lo tienen maniatado y que, por ahora, tiene poca opción de pensar en lo que sucede más allá de las fronteras del país cuya conducción ha asumido.
Por lo pronto, no sabe qué hizo George W. Bush con los ingentes recursos que dispuso para “afrontar la crisis”, y no sabe siquiera dónde están las gruesas sumas de dinero que salieron de las arcas del Estado para “aliviar” los efectos del crack económico sobre los empresarios norteamericanos. Menos aún sabrá el destino que tendrán los dólares que destinará en las próximas semanas para similares efectos; porque el sistema de administración norteamericano está hecho para que los ricos hagan de las suyas mientras la opinión pública se distrae con las series violentas de la televisión, o la comida chatarra de los Mc Donald.
Si algún acontecimiento exterior ha acudido a su vigilia en este convulso periodo, éste ha sido el conflicto del Medio Oriente, que no ha sido una guerra propiamente dicha, sino un espantoso genocidio, es decir un asesinato colectivo de gentes, cruelmente perpetrado por la camarilla sionista de Israel.
Artificialmente montado, precisamente para colocar al nuevo Presidente USA en el lugar que quieren los guerreristas del Pentágono, el conflicto de Gaza ha tenido, sin embargo, la virtud de despertar solidaridad en zonas del mundo en las que antes era casi ignorado: Bolivia y Venezuela, por ejemplo, dos Estados Latinoamericanos, rompieron relaciones con la administración israelí en solidaridad con el pueblo Palestino.
Y esa fue una noticia que impactó más en el mundo que las expresiones de respaldo de la Casa Blanca al gobierno de Tel Aviv.
Pero Obama no podrá dedicarse solamente a mirar al interior del territorio que gobierna, sino que tendrá necesariamente que posar sus ojos en el planeta que lo reconoce como el jefe de una Gran Potencia. Y su actitud hacia América Latina no podrá situarse en declaraciones formales referidas al referéndum boliviano o a la consulta popular venezolana.
Tendrá que tocar tierra abordando los temas más caros a la región. Y uno de ellos es ciertamente el de Cuba, que encontró respaldo masivo en los eventos internacionales recientes ocurridos en la región.
El tema del bloqueo, que ya cumple casi cincuenta años, y el caso de los 5, asoman como retos a considerar en la agenda de trabajo de la Casa Blanca si es que realmente quiere mostrar una imagen nueva ante el subcontinente.
Y el segundo asunto que podría tener también incidencia decisiva está relacionado al hecho que el 30 de enero pasado los abogados de la Defensa de los 5, elevaron a la Suprema Corte de los Estados Unidos un recurso pidiendo la revisión de la causa.
Aunque es sabido que esta instancia judicial norteamericana es renuente a admitir casos como estos y en general prefiere largamente no abordarlos, es claro que el pedido de los abogados de los afectados por las medidas punitivas que el mundo ha rechazado por injustas y vesánicas abre una ventana de luz que podría ser usada incluso por quienes, en Washington se muestran dispuestos a mejorar los vínculos oficiales con La Habana.
Por ambos elementos bien puede decirse que hoy se libra una batalla decisiva, en un momento decisivo.
El 30 de octubre del año pasado, antes de las elecciones en los Estados Unidos, un grupo de 15 intelectuales peruanos acogieron la idea de suscribir una carta dirigida al señor Barack Obama -aun candidato a los comicios de noviembre en los Estados Unidos- intercediendo en el caso de Ramón Labañino, Fernando González, Gerardo Hernández, Antonio Guerrero y René González.
La oficina electoral del señor Obama registró la admisión del mensaje y aseguro que lo vería “con mucho interés”
El 20 de enero de este año, con motivo de la instalación del nuevo gobierno en los Estados Unidos, los mismos intelectuales peruanos reiteraron su demanda, esta vez con el apoyo de más de un centenar de escritores, poetas, pintores, periodistas, profesores universitarios y personalidades de nuestro país, y con la adhesión de Partidos Políticos, Instituciones Sociales, Casas de Amistad con Cuba y otros entidades de la solidaridad.
Esta carta encontró acogida en otras latitudes. Y se sabe que hoy se han sumado a ella personalidades notables con Noam Chomky, Stella Calloni, Nadime Gordiner -el Premio Nobel Sud Africano- , Wole Soyinka –tambièn Premio Nobel de la Literatura-, el teólogo brasileño Frei Beto y muchos más.
Más de 800 intelectuales de diversos países se han considerado, hasta el momento, signatarios de ese documento que ahora circula en el mundo, porque finalmente comparten la idea: los 5 héroes cubanos injustamente encarcelados en Estados Unidos, son inocentes, y deben ser liberados.
Bien valdría la pena que esta iniciativa se extienda y se generalice. Y que a ella se sumen los intelectuales y las personalidades de todos los países del mundo.
Y que a una sola voz, desde los más lejanos confines del planeta, se reclame al Presidente de los Estados Unidos una decisión pronto, porque, además, una justicia que tarda, no es justicia.
Por lo pronto, se convirtió ya en tarea de los activistas peruanos solidarios con Cuba, enviar un Mensaje en tal sentido, al Presidente de los Estados Unidos. El propósito, está en marcha.
Y lo mismo hace, con la fuerza que tiene, la solidaridad internacional con los 5, que remite, desde distintas latitudes del planeta, postales dirigida a Barack Obama con similar exigencia.
Llegar por correo electrónico u otros servicios postales y de comunicación a la Casa Blanca con un requerimiento como éste, no solamente reflejaría una clara muestra de voluntad solidaridad que nace desde el fondo de la tierra; sino también una exigencia orientada a civilizar las relaciones entre los Estados y los hombres.
Bien sabemos que los 5 saldrán libres por la fuerza de los pueblos y por la lucha de los pueblos, por la justicia encarnada en ley, y por el derecho a la vida que tenemos todos. Pero un modo de consolidar la demanda, está también muy cerca de nosotros mismos.
¡Manos a la obra!
(*) Del Colectivo de Dirección de Nuestra Bandera. http://nuestra- bandera.com
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