El 30 de enero pasado el equipo de la defensa de los Cinco: Gerardo Hernández, Ramón Labañino, Antonio Guerrero, Fernando González y René González presentaron por escrito ante el Tribunal Supremo federal su apelación de las decisiones del Pleno del Tribunal de Apelaciones del Onceno Circuito de septiembre pasado reafirmando los veredictos de culpabilidad de los Cinco y las condenas de Gerardo y René, aunque ordenó al Tribunal de Distrito que los juzgó reducir las condenas de Ramón, Antonio y Fernando por considerar que éstas son excesivas de acuerdo con la evidencia presentada, trámite que está pendiente.
El eminente abogado Thomas Goldstein, especialista en casos relacionados ante el Tribunal Supremo federal, miembro del bufete the Akin Gump Strauss Hauer & Feld de Washington D.C., y considerado como uno de los cien más influyentes abogados de Estados Unidos, y los también notables abogados Leonard Weinglass, Michael Krinsky y Richard Klugh encabezan el equipo de abogados de la defensa. Tanto Weinglass como Klugh por años han sido parte del equipo de la defensa de los Cinco, dirigiendo desde el 2002 el proceso de apelación en su fase ante el Tribunal de Apelaciones del Onceno Circuito, además, Weinglass es el abogado de Antonio y Klugh es el de Fernando.
Esta fase del proceso de apelación de los Cinco, ahora ante el Tribunal Supremo federal es prácticamente definitiva. El proceso a seguir es el siguiente: habiendo sido presentada por escrito la apelación por la defensa, ahora el Estado, la fiscalía, tiene entre uno a dos meses, para presentar su caso ante el Supremo; después se le otorgaría otro breve tiempo al equipo de la defensa para responder a los argumentos presentados por el Estado.
De esta manera podría ser para el mes de mayo cuando se podría reunir el Tribunal Supremo para decidir si consideraría o no el caso de los Cinco. Este Tribunal accede aceptar solamente entre el 1% al 1.5% de los casos que se le presentan anualmente para su consideración.
El Tribunal Supremo federal está compuesto por nueve jueces. Si cuatro de los nueve jueces aceptaran considerar el caso, el Tribunal fijaría una fecha, la cual sería durante el otoño, para escuchar los argumentos orales de las partes. Podría ser entonces para diciembre de este año o posiblemente enero o febrero del año que entrante, 2010, cuando rendiría su fallo.
Fallo que de ser favorable a los Cinco podría ordenar la celebración de un nuevo juicio, y de ser adverso se reafirmarían los veredictos de culpabilidad y las condenas de los Cinco sostenidas por el Tribunal de Apelaciones del Onceno Circuito y prácticamente daría fin al proceso jurídico de este oprobioso caso en contra de nuestros cinco hermanos.
Si al reunirse el Tribunal en mayo para decidir considerar o no el caso de los Cinco, se negara a considerarlo, de una manera más rápida, terminaría ahí la apelación ante el Supremo, prácticamente dándose fin al proceso jurídico del caso.
Digo que si el Tribunal Supremo, de una u otra manera explicadas anteriormente, fallara en contra de los Cinco prácticamente daría fin al proceso jurídico es porque, según los abogados de la defensa, aún le quedaría al equipo de la defensa, otras opciones legales, entre ellas, el recurso legal llamado de habeas corpus que pediría ante el Tribunal de Distrito del Sur de la Florida, Tribunal que los juzgó, la anulación de los veredictos de culpabilidad de los Cinco y sus condenas. Para un inexperto en cuestiones jurídicas, como yo, estas posibilidades legales después de una decisión adversa del Tribunal Supremo federal parecen misteriosas y precarias.
El documento presentado por la defensa ante el Supremo se compone del cuerpo principal de 36 páginas y una grande sección de apéndices que suman otras 433 páginas. En éste la defensa le pidé al Supremo reconsiderar tres decisiones fundamentales afirmadas por el Tribunal de Apelaciones del Onceno Circuito por considerar que éstas o bien contravienen decisiones del Tribunal Supremo federal; hacen evidente que los tribunales de apelaciones en el país interpretan de manera diferente las leyes y se requiere que el Tribunal Supremo federal aclare cuál es la interpretación correcta de la ley o leyes en cuestión; o las circunstancias nacionales han cambiado y se requiere que el Tribunal Supremo federal reconsidere y aclare cuáles son las causas que determinan la necesidad de un cambio de sede para garantizar la imparcialidad requerida por la Constitución para celebrar un juicio.
Específicamente son tres las cuestiones decididas en contra de los Cinco por el Tribunal de Apelaciones del Onceno Circuito que la defensa pide al Tribunal Supremo que reexamine. La primera es lo que considera la norma para aceptar o excluir individuos de pertenecer a un jurado que son miembros de cualquier minoría, específicamente en este caso, de afroamericanos excluidos del jurado que juzgó a los Cinco; los estrechos parámetros que el Tribunal de Apelaciones del Onceno Circuito ha establecido para determinar la validez de un cambio de sede que garantice un juicio imparcial; la decisión de este Tribunal de Apelaciones sobre su interpretación de los hechos que resultaron en su aprobación del veredicto de culpabilidad en contra de Gerardo por el cargo de conspiración para cometer asesinato.
Veremos en qué resultan los meritorios esfuerzos de los abogados que componen el equipo de la defensa en su empeño por obtener justicia y así la libertad de los Cinco.
Mientras tanto el resto de nosotros comprometidos en la campaña política mundial para también lograr que se haga justicia y que exigimos la libertad de nuestros cinco hermanos tenemos que mantenernos resueltos y firmes en nuestra decisión de verlos libres ya.//
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