Estimado Editor del Washington Post:
Deseo referirme a su editorial del 31 de diciembre del 2011. Es curioso que luego de haber silenciado el caso de los Cinco durante tanto tiempo, el Washington Post hable ahora de ellos relacionándolos con la situación de Alan Gross.
Usted los llama “espías” pero el gobierno de los EEUU nunca los acusó de espionaje. No tenía pruebas para hacerlo. Los acusó de “conspiración para cometer espionaje” y ni siquiera eso pudo probar durante los seis meses que duró el juicio en Miami.
Si su periódico hubiera informado sobre ese extenso juicio, el pueblo estadounidense se hubiera enterado de que altos funcionarios estadounidenses declararon a favor de los Cinco en la Corte, mientras que criminales convictos y confesos, integrantes de organizaciones terroristas radicadas en la Florida, alardearon delante de la jueza Joan Lenard de sus planes en contra de Cuba.
Esa era la misión de los Cinco: descubrir esos planes y evitar nuevos crímenes. Lo hicieron sin lastimar a nadie ni cometer delito alguno.
Usted se lamenta del apoyo internacional a la causa de los Cinco pero ellos son víctimas de una colosal injusticia y por eso nuevas voluntades se suman continuamente para pedirle al Presidente Obama que los libere.
Deseo referirme a su editorial del 31 de diciembre del 2011. Es curioso que luego de haber silenciado el caso de los Cinco durante tanto tiempo, el Washington Post hable ahora de ellos relacionándolos con la situación de Alan Gross.
Usted los llama “espías” pero el gobierno de los EEUU nunca los acusó de espionaje. No tenía pruebas para hacerlo. Los acusó de “conspiración para cometer espionaje” y ni siquiera eso pudo probar durante los seis meses que duró el juicio en Miami.
Si su periódico hubiera informado sobre ese extenso juicio, el pueblo estadounidense se hubiera enterado de que altos funcionarios estadounidenses declararon a favor de los Cinco en la Corte, mientras que criminales convictos y confesos, integrantes de organizaciones terroristas radicadas en la Florida, alardearon delante de la jueza Joan Lenard de sus planes en contra de Cuba.
Esa era la misión de los Cinco: descubrir esos planes y evitar nuevos crímenes. Lo hicieron sin lastimar a nadie ni cometer delito alguno.
Usted se lamenta del apoyo internacional a la causa de los Cinco pero ellos son víctimas de una colosal injusticia y por eso nuevas voluntades se suman continuamente para pedirle al Presidente Obama que los libere.
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