miércoles, 25 de febrero de 2015

Cantar de gesta (+ Palabras de Los Cinco en la voz de Gerardo)

Cantar de Gesta
Por Arleen Rodríguez Derivet
 
La sala 1 del Palacio de Convenciones estaba repleta: platea y balcones desbordados. El protocolo del parlamento cedió paso a casi una multitud de invitados de las organizaciones sociales del país y por un momento pareció que no habría espacio ni para el silencio.
Hasta que entraron ellos, elegantemente vestidos, trajes oscuros, camisas blancas, corbatas diversas. La ovación espontánea dio el aviso a los que no estaban atentos y ya todo se volvió ellos: los héroes y ellas: las madres y esposas del sacrificio y la espera.
Entonces volvió a escucharse la voz del que predijo el regreso. Y aquel “solo les digo una cosa: volverán”, se aplaudió como si fuese en vivo, como la primera vez, igual que el anuncio del General Presidente, al mediodía del 17 de diciembre.
Hasta los más duros sacaron pañuelos para secarse la emoción cuando unos minutos después, sin más adornos que el podio y la bandera, el Héroe de la República, Raúl Castro, colocó sobre sus pechos, una a una, las cinco estrellas que la nación les había otorgado a Gerardo, Ramón, Antonio, Fernando y René en diciembre de 2001, les entregó sus títulos honoríficos y las medallas Playa Girón y los abrazó larga y hondamente como solo a los hijos se abraza.
En nombre de los héroes, el más joven y el de la condena más cruel, habló por todos y lo dijo casi todo en muy pocas palabras. Seguramente, el discurso fue consensuado entre los cinco y cada uno aportó lo suyo, pero no la síntesis, singularísima marca de los mensajes de Gerardo en todos estos años.
Qué modo tan natural de seguir entregándose a los demás estos hombres que parecían haberlo dado todo ya. Quién no se estremeció al oírles decir que su misión no ha terminado. Quién que los conoció, los defendió o sencillamente gritó por ellos en cualquier esquina de este país o de este mundo no se sintió condecorado ayer, aunque físicamente no estuviera en la ceremonia solemne.
Breve y exacto, el discurso de los héroes nos es tan indispensable como el del tribuno insuperable que trajo a la sala de homenaje la historia del país desde que era un sueño de nación y recordó que esa historia está todavía por contarse y cantarse plenamente.
Tremendos y gloriosos, los 120 años transcurridos desde que Martí fundó la unidad y dio la clave inderrotable para los desafiantes días que corren, enorgullecen y emocionan hasta las lágrimas cuando Eusebio nos los cuenta como una novela y la Colmenita nos los canta como una canción moderna.
Eso tiene de especial Cuba. Mucho nos ha faltado siempre, menos el amor, el valor y el verso.

Intervención de Gerardo Hernández Nordelo, en el acto por el aniversario 120 del reinicio de la Guerra de Independencia y de condecoración a los Cinco Héroes, en el Palacio de Convenciones, el 24 de febrero del 2015, “Año 57 de la Revolución”.  (Versiones Taquigráficas-Consejo de Estado)
Querido compañero General de Ejército Raúl Castro Ruz, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros;
Compañeras y compañeros:
 Honrar a las cubanas y cubanos que un día como hoy, hace 120 años, decidieron retomar las armas para luchar por la independencia de la patria, es la mejor manera de recibir el Título Honorífico de “Héroe de la República de Cuba” que generosamente se nos otorga a cinco cubanos de estos tiempos cuyo mérito no es otro que haber cumplido con nuestro deber.
 José Martí, alma de aquel levantamiento nacional del 24 de febrero de 1895, sentenció que la capacidad para ser héroe se mide por el respeto que se tributa a quienes lo han sido. Por ello, en un día como hoy, nuestro primer pensamiento es de gratitud y fidelidad hacia todos los que a lo largo de la historia, con su sacrificio, han hecho posible que vivamos en una Cuba socialista, revolucionaria y victoriosa, conscientes de que corresponde a nuestra generación, y a las que nos siguen, defender la continuidad de esta obra, los sueños y los ideales de nuestros libertadores.
 El primer pensamiento de Los Cinco en este día ha de ser para un hombre cuyo liderazgo y visión estratégica fueron decisivos en la batalla que condujo a nuestra liberación, y quien con su ejemplo nos inculcó siempre el espíritu de lucha, resistencia y sacrificio. Un hombre que nos enseñó que la palabra rendición no existe en el diccionario de un revolucionario, y que des­de muy temprano aseguró a todos los cubanos que Los Cinco regresaríamos a la patria. Coman­dante en Jefe: esta condecoración que hoy con orgullo recibimos, es también suya (Aplausos).
 A nuestro General de Ejército Raúl Castro, quien no descansó hasta cumplir lo que Fidel había prometido, y a las compañeras y compañeros que como él llevan ya en sus pechos esta honrosa estrella, y fueron siempre un ejemplo para Los Cinco, les decimos que esta condecoración es también de ustedes (Aplausos).
 Al pueblo cubano que hizo suya la causa de Los Cinco, y que aún hoy no deja de alentarnos con sus muestras de apoyo y de cariño; a la dirección del Partido y del Gobierno de nuestro país; a las organizaciones de masas, instituciones, abogados, religiosos, personalidades y gobiernos de otros países que se solidarizaron con nuestra causa: esta condecoración es también de ustedes (Aplausos).
 Agradecemos también a los hermanos de todo el mundo que lucharon codo a codo durante más de 16 años de batallas legales y políticas, y les decimos que esta condecoración es también de todos ustedes (Aplausos).
 A nuestros familiares, que lucharon, sufrieron y resistieron con firmeza durante tantos años, y a todas las personas que merecieron ver este día, y que ya no están entre nosotros: esta condecoración es también de ustedes (Aplausos).
 A los héroes y heroínas sin rostros que nunca podrán recibir un homenaje público como este, pero que dedicaron, dedican, o dedicarán mañana sus vidas a la defensa de la patria desde anónimas trincheras: sepan, dondequiera que estén, que esta condecoración es también de ustedes (Aplausos).
 Este honor que recibimos hoy, es a la vez un reto que nos exige estar a la altura de los nuevos desafíos que enfrenta la Revolución. No pocas veces, desde nuestro regreso, se nos han acercado compatriotas para expresarnos que les hubiera gustado tener la oportunidad que tuvimos Los Cinco de proteger a nuestro pueblo de agresiones. A ellos y a todos los patriotas cubanos, les decimos que nuestra misión no ha terminado, y que pueden sumarse.
 La actualización de nuestro modelo económico en aras de lograr un socialismo más eficiente, próspero y sustentable, así como el proceso de restablecimiento de relaciones con los Estados Unidos, conforman una coyuntura de cambios que demanda de todos nosotros actuar con inteligencia, profesionalismo, compromiso y firmeza, para identificar y enfrentar los nuevos retos y nuevos peligros que se avecinan. Hay y habrá muchas maneras de defender a Cuba, y Cuba necesitará siempre de hijos leales que velen por ella. Es por eso que nos alienta saber que en el seno de este pueblo revolucionario hay muchos “Cinco” dispuestos a sacrificarlo todo por su patria.
 Junto a Ramón, René, Fernando y Antonio, recibimos con orgullo y gratitud este alto honor que la Patria nos confiere. Cuente la Patria con estos cinco soldados que hoy, ante todo nuestro pueblo, reafirmamos el compromiso de servirle hasta el último de nuestros días, y de ser siempre fieles a las ideas de Martí, del Che, de Fidel, y de Raúl.
 ¡Muchas gracias! (Aplausos.)

FOTO Abel Padrón Padilla, AIN

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