martes, 24 de agosto de 2010

La Colmenita junto a los Cinco en Turquía


Por José Luis Estrada Betancourt


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Cientos de turcos ovacionaron a la reconocida agrupación, y muchos agradecieron el conocimiento que habían adquirido de una de las batallas más importantes que libran hoy los cubanos

En una función multitudinaria desarrollada en el centro cultural Nazim Hikmet, en el corazón de Estambul (Turquía), la compañía infantil de teatro La Colmenita presentó el estreno mundial de su nueva puesta en escena Cinco Héroes cubanos, con dramatizaciones de textos de Alicia Jrapko, Mario Benedetti y Nazim Hikmet, y música (interpretada en vivo por los niños cubanos) de Silvio Rodríguez, Carlos Puebla, Fito Páez, Joseíto Fernández y los Van Van.

Cientos de turcos ovacionaron de pie a la reconocida agrupación, y muchos se acercaron una vez terminado el espectáculo para agradecer el conocimiento que habían adquirido de la batalla más importante que libran hoy los cubanos, pues por los medios oficiales de su país no se expresa absolutamente nada del tema, tan bellamente expuesto por los niños a través de la música, el teatro y la poesía.

La Colmenita se despidió de Turquía tras haber ofrecido siete funciones en tres ciudades: Estambul, Eskisehir y Ankara (la capital) para más de 3 000 personas, siempre en plazas abiertas o importantes teatros, en una gira artística que se extendió del 14 al 23 de agosto.

En Estambul también repusieron su penúltima puesta en escena, Chamaquili y los Derechos del Niño, que recién habían estrenado en La Habana, el pasado 1ro. de junio, Día Internacional de la Infancia, como Embajadores de Buena Voluntad de UNICEF, y a pedido de esa entidad de las Naciones Unidas.

También representaron el musical La Cucarachita Martina (original de Julia González Carid) y Conciertos musicales, en el Anfiteatro del Parque de la Libertad de Estambul. Asimismo realizaron conferencias, talleres, se hermanaron con la naciente Compañía de Teatro Infantil de Ankara, y dejaron creadas las condiciones para la fundación de La Colmenita de Turquía (auspiciada por la Cooperativa de Cine de esa nación), que debe comenzar a funcionar para principios del próximo año.

“Era impresionante escuchar el silencio total que hicieron los espectadores de Estambul mientras escuchaban el cuento dramatizado de Alicia Jrapko sobre Gerardo y Cardenal”, manifestó a JR ‘Tin’ Cremata, director de La Colmenita.

“Especial emoción sentimos también ante el respeto y la devoción demostrados por la música de Silvio, o por la manera contagiosa como disfrutaron el Somos cubanos, de los Van Van…

“En relación con la lucha que libramos a favor de nuestros cinco hermanos, decimos, como la inmortal canción de Fito Páez: ‘¿Quién dijo que todo está perdido? ¡Yo vengo a ofrecer mi corazón!’, o como Nazim, en su contundente e inolvidable poema, Acerca del vivir*, que estremeció la noche turca con su vigencia.

Foto archivo




*Acerca del vivir
Nazim Hikmet

El vivir no admite bromas.

Has de vivir con toda seriedad,
como una ardilla, por ejemplo;
es decir, sin esperar nada fuera y más allá del vivir;
es decir, toda tu tarea se resume en una palabra:
Vivir.

Has de tomar en serio el vivir.

Es decir, hasta tal punto y de tal manera
que aun teniendo los brazos atados a la espalda,
y la espalda pegada al paredón,
o bien llevando grandes gafas
y luciendo bata blanca en un laboratorio,
has de saber morir por los hombres.
Y además por hombres que quizás nunca viste,
y además sin que nadie te obligue a hacerlo,
y además sabiendo que la cosa más real y bella es
Vivir.

Es decir:
has de tomar tan en serio el vivir
que a los setenta años, por ejemplo,
si fuera necesario plantarías olivos
sin pensar que algún día serían para tus hijos;
debes hacerlo, amigo, debes hacerlo,
no porque, aunque la temas, no creas en la muerte,
sino porque vivir es tu tarea.

Sucede, por ejemplo,
que estamos muy enfermos;
que hemos de soportar una difícil operación;
que cabe la posibilidad
de que no volvamos a levantarnos de la blanca mesa.

Aunque sea imposible no sentir
la tristeza de partir antes de tiempo,
seguiremos riendo con el último chiste,
mirando por la ventana para ver
si el tiempo sigue lluvioso,
esperando con impaciencia
las últimas noticias de prensa.

Sucede, por ejemplo, que estamos en el frente,
por algo, por ejemplo, que vale la pena que se luche.
Nada más comenzar el ataque, al primer movimiento,
puede caerse cara a tierra, y morir.
Todo esto hemos de aceptarlo con singular valor,
y a pesar de todo, preocuparnos apasionadamente
por esa guerra que puede durar años y años.

Sucede
que estamos en la cárcel.
Sucede
que nos acercamos
a los cincuenta años,
y que falten dieciocho más
para ver abrirse las puertas de hierro.

Sin embargo, hemos de seguir viviendo con los de fuera,
con los hombres, los animales, los conflictos y los vientos,
es decir, con todo el mundo exterior que se halla
tras el muro de nuestros sufrimientos;
es decir: estemos donde estemos
hemos de vivir
como si nunca hubiésemos de morir.

Se enfriará este mundo,
una estrella entre las estrellas;
por otra parte una de las más pequeñas del universo,
es decir, una gota brillante en el terciopelo azul,
es decir, este inmenso mundo nuestro.
Se enfriará este mundo un día,
algún día se deslizará
en la ciega tiniebla del infinito
-no como una bola de nieve,
no como una nube muerta-,
como una nuez vacía.

Desde ahora mismo se ha de sufrir por todo esto,
ha de sentirse su tristeza desde ahora,
tanto ha de amarse el mundo en todo instante,
se le ha de amar tan conscientemente que se pueda decir:
"He vivido".





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