Por Patricio Montesinos
El nuevo gobierno norteamericano debería poner fin al injusto encarcelamiento que sufren cinco cubanos en Estados Unidos desde hace más de una década por el sólo hecho de monitorear a los grupos terroristas que desde Miami continúan hoy haciendo la guerra contra la isla caribeña.
Mientras esos jóvenes, René González, Antonio Guerrero, Fernando González, Gerardo Hernández y Ramón Labañino cumplen severas condenas en prisión, tras juicios amañados precisamente celebrados en Miami, en esa ciudad de la Florida siguen operando libremente mafiosos y terroristas empeñados en su beligerancia para destruir la Revolución en la mayor de las Antillas.
La liberación Los Cinco, como cada vez más se les conoce internacionalmente a pesar del silencio que a su causa ha impuesto Washington con el contubernio de los grandes medios de comunicación, constituye para el pueblo cubano una de sus principales luchas, como lo es que se elimine de una vez por todas el bloqueo que durante más de 50 años le han impuesto a la Isla las sucesivas administraciones de la Casa Blanca.
Para nadie puede ser un secreto que cualquier eventual normalización de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba, no pasa únicamente por la eliminación del bloqueo, sino también por la excarcelación de Los Cinco, considerados Héroes y luchadores antiterroristas por sus compatriotas y muchas personas en el mundo.
Está claro que los procesos judiciales a los que fueron sometidos esos jóvenes tuvieron un carácter eminentemente político y su injustificada prisión no es otra cosa que una venganza criminal contra el pueblo cubano, por su insistente batalla en preservar a toda costa su soberanía e independencia.
Precisamente por esas razones, la liberación de Los Cinco constituye para Cuba un asunto de dignidad nacional, y de respeto a sus más elementales derechos.
René, Antonio, Fernando, Gerardo y Ramón no sólo sufren injustas condenas, sino también han sido víctimas de torturas y de flagrantes violaciones de sus derechos humanos.
A sus familiares, además, se les obstaculiza o impide que puedan visitarlos, y se les entorpecen o niegan las visas para viajar a Estados Unidos, como son los casos de Adriana Pérez y Olga Salanueva, esposas de Gerardo y René, respectivamente.
A ambas no se les ha permitido nunca ver a sus cónyuges, un derecho familiar que demandará nuevamente Adriana el próximo 10 de abril, cuando acuda a la Oficina de Intereses de Estados Unidos en La Habana junto a otros familiares de Los Cinco para solicitar sus visados.
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