jueves, 18 de diciembre de 2014

Una voz, muchas voces…

Por Rosa C. Báez

 
Va pasando ese temblor obsesivo que me agarró ayer en cuanto oí la frase "Liberaron a Gross" y la esperanza se me tiró al cuello para hacerse certeza a las 12 meridiano, cuando Raúl nos dijo "Como prometió Fidel, en junio del 2001, cuando dijo: ¡Volverán!, arribaron hoy a nuestra Patria, Gerardo, Ramón y Antonio".

 Antes, ya los tuits de René, las llamadas, los correos de acá y allá me habían dado una seguridad que se me desparramaba en el alma pero que sólo se hizo grito, llanto, sollozo desgarrador, verdadera alegría, a la voz de Raúl…

 Fue entonces la búsqueda todo el día de unas imágenes que esperaba, el desahogo en unas letras que me llevaron a enero de 1959, las respuestas eufóricas a amigos de todos los continentes, más risas y más lágrimas, las felicitaciones de todos, especialmente dedicadas a mí… a tal punto que el cuerpo me traicionó y no pude compartir el añorado concierto de Vicente Feliú.

 Entonces, llegó el "Estelar" que nunca fue tan estelar como anoche… las imágenes esperadas, los abrazos, las lágrimas y risas compartidas… en un momento, Tony, mi hermano Tony, mi Manito querido, miró a la cámara y fue mágico, sentí como si me mirara… luego oír la voz de Gera, verlo acariciar tan dulcemente a Adriana, la pasión desbordada de Eli ante al abrazo de su gigante de cuerpo y de alma… lloré con ellos, reí con ellos…

 Y entonces, hasta mí llegaron las voces de tantos que me han acompañado en estos años de lucha… sentí sus abrazos, sus risas… se unían los vivos y los muertos, los que están al alcance de una llamada telefónica o los que allende el mar, cruzando continentes, han estado siempre codo a codo en la batalla… Aquí a mi lado estaban Natacha Santiago, Pablo Kilberg, Miranda Vallero, Miriam Mijares (mis correos personales). Estaba también Sergio Garanzini que me acompañó en la aventura que fue trabajar los poemas de Tony y convertirlos en el libro de los Enigmas y también Silvano Forte, con el que dimos la vuelta al mundo con los poemas de Un lugar de retiro… nada menos que en once idiomas, empeño al que también pusieron ánimo y fe Samuel Trigueiros e Ida Garberi…

 ¿Cómo dejar de mencionar a mi hermana queridísima Marta Speroni, y a Irene y Toto? ¿Cómo poder reír esta risa sin sentir el eco de la de Graciela Ramírez, Alicia Jrapko, Bill Hackell, Gloria La Riva o Marlene Caboverde? ¿Las menciones de Arleen y el apoyo de Vicente el Tinto Feliú? ¿Y como no mencionar a Martin Schwander y Srec'ko Vojvodic', cuya ayuda y la de sus Comités de Solidaridad me permitieron seguir esta batalla en las redes virtuales?

 Hay tantos otros nombre… alguien leerá este texto y pensará ¡Ah, cómo Rosa olvidó mencionarme!  Y tendrá en parte razón, pero sólo en parte, porque la lista sería interminable… Todos y cada uno están acá conmigo.

 Finalmente quiero agradecer a los familiares de los Cinco… el cariño siempre presente de Magali, de Irma, de Maruchi, Mirtha, de Maria Karla… la solidaridad de Rene y los mensajes de Gera que atenuaron mi dolor ante la pérdida de mi viejecita que tanto soñó este día… el afecto de Eli, de mi Rosi, de Adrianita siempre ternura… la risa de Olguita cuando conseguí colarme en la foto entre ella y Rene… pero sobre todo, el inmenso orgullo de haber compartido tantos mensajes, tantas "tareítas" con mi Manito Tony, el haber sido un poco su cómplice y haber aprendido tanto buscando para él…

 Ahora solo me falta el abrazo de cada uno de ellos. Y la foto, para darle envidia a Marta Speroni!

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