jueves, 13 de noviembre de 2014

Contabilizar el amor

Por Marlene Caboverde Caballero*
 
Antonio Guerrero Rodríguez, uno de los Cinco sabe bien que la amistad no es menos misteriosa que el amor, y que quizás por esa razón es completamente imposible aquilatarla en su justa medida.
Sin embargo, de alguna manera él puede medir la aceptación, la amistad, la solidaridad. La vida colocó a este hombre extraordinario, en una situación límite y pudo superarla porque jamás se ha sentido solo.
¿Quién puede dejar de amar a un poeta? decía el Premio Nacional de Literatura Cintio Vitier cuando hablaba de Tony, un hombre que se hizo amar hasta por personas de lejanos países que jamás le conocieron y quizás nunca lleguen a estrechar sus manos, pero que leyeron sus poemas, disfrutaron sus pinturas y conocieron la historia verdadera de su vida.
En el día a día de Antonio Guerrero una de las “tareítas” que se apunta en su agenda personal como los momentos de mayor placer, es la lectura de la correspondencia que, por cierto, es abundante y le llega no solo por la vía del correo postal sino también por Internet.
En Cuba algunos amigos se propusieron llevar las estadísticas de la comunicación recibida por Tony desde finales del 2001 hasta el pasado año y resulta que en ese tiempo el héroe cubano ha recibido aproximadamente unas diez mil cartas y postales de sesenta y nueve  naciones.
Eso sin contar los mensajes que desde el 2010 recibe por medio del correo electrónico que beneficia a los reclusos del Sistema Federal de Prisiones de Estados Unidos, y además, sin tener en cuenta los libros, periódicos, revistas y otras publicaciones remitidas por amigos de lugares insospechados y las cartas perdidas cuando era trasladado de una prisión a otra.
Cuando se leen esos números resulta fácil traducir su significado. Creo que esas cifras revelan rostros, manos, esfuerzos, voluntades, sentimientos…. vidas que hicieron un espacio para ofrecer la calidez de la amistad a un hombre más allá de las razas, las creencias, los idiomas, la política.
Y no solamente es Tony quien vive una soledad tan concurrida lejos de la patria, también sus compañeros de lucha Ramón Labañino y Gerardo Hernández, también recluidos injustamente en cárceles norteamericanas, disfrutan del premio de jamás haberse sentido solos.

*Periodista de Radio Jaruco
Imagen agregada RCBáez

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