jueves, 1 de mayo de 2014

Carta de Ana Pérez Nordelo a su primo Gerardo Hernández

Querido  Gerardo:

Me  llamo Ana Pérez Nordelo y vivo en Las  Palmas de Gran Canaria, la capital de una de las  islas del archipiélago canario. En verdad, me parece fuera de lo común tener que hablarte por  primera vez a través de una carta, pero así  ha tenido que ser.

De  cómo supe de ti es la historia de una enorme casualidad pues ocurrió mientras rastreaba, hace años, el origen del apellido Nordelo, que compartimos.

De  repente, decenas de enlaces en el ciberespacio tenían tu nombre y fue de esta manera como comencé a conocer tu historia, la historia de Los  Cinco, hasta que di con una imagen de Carmen Nordelo, tu madre. Rápidamente, le pregunté a la mía, Ana,  por  la mujer de la foto y, sin  dudarlo un segundo, dijo:  ¡esa  es mi prima Carmen!
Mi madre me contó que su tío  (tu abuelo) había viajado a Cuba y que a su regreso decidió llevarse a su familia a vivir a Cuba, a donde Carmen se marchó siendo muy joven.

Gerardo, te confieso que casi no  me podía  creer lo que, a partir de aquel momento empecé a leer sobre tu caso y el de tus cuatro compañeros, Antonio, Ramón, René y Fernando, pues todo superaba, con mucho, la normalidad, en estas islas, del relato de la familia dividida por  la emigración. Y, bueno, aquí mi  condición de abogada, como miembro además de la Asociación Juristas por  la Paz  y los  Derechos Humanos (JUPADEHU) me llevó a vincularme, de otra forma, a ti y a Los  Cinco.
 
Recuerdo que concerté una cita con Inés Miranda, la presidenta de JUPADEHU, a quien ya conoces y también recuerdo que un día, a primera hora de la tarde entré en su despacho y le hablé de Los  Cinco. Ella me escuchó atentamente, y su respuesta fue un rotundo “por supuesto que nos ocuparemos de este caso”. Desde entonces, Los  Cinco han ido  ocupando, a lo largo de casi diez años, un lugar permanente en la “militancia” en la que decidimos convertir nuestro trabajo como juristas.

Como ya sabes, otra de nuestras luchas tiene que ver con la justicia que ansiamos conquistar para el pueblo saharaui y que nos ha  llevado, en calidad de observadoras internacionales, a los aberrantes juicios a los  que se somete a los  luchadores saharauis por  la autodeterminación en los Tribunales de Marruecos, estado que aplica sobre ese infatigable pueblo el hostigamiento permanente, las  acusaciones falsas de delitos nunca cometidos, la tortura, la persecución, la desaparición y hasta la muerte, en muchos casos.

Esta experiencia nos ha  servido para encontrar las  enormes similitudes que hay, por  citar un ejemplo significativo, entre el juicio a los  presos de Gdeim Izik  y el que ustedes sufrieron, en 2001. En ambos casos, las  violaciones de derechos legales y fundamentales en el desarrollo mismo del juicio, la imparcialidad de la sede, la manipulación hecha a través de los  medios de prensa, convierte dichos procesos en reflejo de la inexistencia de garantías legales, en las  administraciones de justicia de países tan distantes, aunque igualmente opresores, como EEUU (que se muestra al mundo como paladín de los  Derechos Humanos), y Marruecos.

Por cierto, debo decirte, que también son muy parecidas la actitud digna y la inquebrantable determinación por  defender la verdad que demostraron, Los  Cinco y el grupo de Gdeim Izik,  frente a quienes, odiosamente, dictaron sus sentencias. (1)

Gerardo, no  puedo pasar por  alto ahora que mi  madre y yo tuvimos la oportunidad de conocer a tu esposa Adriana, cuando ella  y Olga  Salanueva (la esposa de René González) visitaron Canarias, a finales de 2010.

Verdaderamente fue entrañable poder conversar con ella, y sentir su ternura y el afecto que demostró hacia nosotras. En este punto, saber que el gobierno estadounidense le ha  negado continuadamente la Visa para ir a verte en estos 15 años, fue un hecho impactante tanto en lo familiar como en lo profesional, por  la burla y aberración jurídica que este hecho entraña.

Compartimos varias jornadas juntas, y Adriana y mi  madre no  dejaron de hablar de las  historias de familia que Carmen le había contado. Adriana, incluso, sabía las  localizaciones de algunas fotos que aún deben andar por  tu casa. Ojalá  esa experiencia se repita, más pronto que tarde, estando ustedes, de nuevo, juntos en Cuba.

Para  despedirme, querido primo, te cuento que mañana, Día Internacional de la clase obreras, en Las  Palmas saldremos a la calle uniendo las reivindicaciones por  los  derechos del pueblo canario trabajador a las  luchas de otros pueblos del mundo, y, entre ellas, la libertad de Los  Cinco recorrerá, con nombre propio, los  lugares por  los  que tu madre, seguro, paseó de joven.
Será, podría decirse, como un viaje de vuelta, en el que ella, a través de ti, retornará a la tierra que la vio  nacer.

En las  últimas líneas de esta carta, Gerardo, te digo, con la misma firmeza con que reclamo la libertad para los  presos políticos saharauis, en manos de Marruecos, que la prisión de Los  Cinco ofende a la Justicia y ofende a la humanidad, y que para resarcir ambas ofensas, lucharé, y lucharemos muchos miles de personas en el mundo, hasta que Los  Cinco, TODOS, sean liberados y puedan regresar a Cuba.

VOLVERÁN, Gerardo y yo podré conocerte libre.

Un fuerte abrazo para ti y para Antonio y Ramón. También para René y Fernando, que han regresado ya a su patria.

Ana Pérez Nordelo
Las  Palmas de Gran Canaria (Islas Canarias), a 30 de abril  de 2014.
(Fuente cubacinco.blogspot.com; Tomado de Cubadebate


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