martes, 17 de enero de 2012

Carta a un editor equivocado

Estimado Editor del Washington Post:

Deseo referirme a su editorial del 31 de diciembre del 2011. Es curioso  que  luego de haber silenciado el caso de los Cinco durante tanto tiempo,  el Washington Post  hable ahora de ellos relacionándolos con la situación de Alan Gross. 

Usted los llama  “espías”  pero el  gobierno de los EEUU nunca los acusó  de espionaje. No tenía pruebas para hacerlo. Los acusó de “conspiración para cometer espionaje” y ni siquiera eso pudo probar durante  los seis  meses que duró el juicio en Miami.

Si su periódico  hubiera informado sobre ese extenso juicio, el pueblo estadounidense se hubiera enterado de  que altos funcionarios estadounidenses declararon a favor de  los Cinco en la Corte, mientras que criminales  convictos y confesos,  integrantes de organizaciones terroristas radicadas en la Florida,   alardearon  delante de la jueza  Joan Lenard de sus planes en contra de Cuba.

Esa era  la misión de los  Cinco: descubrir  esos planes  y  evitar nuevos crímenes. Lo hicieron sin lastimar a nadie ni cometer delito alguno.

Usted se lamenta del apoyo internacional a la causa de los Cinco pero ellos  son víctimas de una colosal injusticia y por eso nuevas voluntades se suman continuamente  para pedirle al Presidente Obama que los libere.

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