Hoy, 12 años, los cinco héroes.
Nunca, como hogaño, la libertad encarcelada -de la que hablaba Don Francisco de Quevedo- ha quedado más bien representada. El imperio -ese Baal contemporáneo- no puede permitir que nadie ose desafiar su sinsentido.
Pero afortunadamente Cuba, el Primer Territorio Libre en América, sí lo ha hecho, y más de una vez.
Se trata de la reedición del enfrentamiento, bíblico, entre David y Goliat, con la consiguiente victoria del primero. Sí, es la onda de David, nuevamente, puesta en acción y enarbolada por los Cinco Héroes de la Patria de José Martí, y a la que ha intentado mellar el imperialismo norteamericano, el mayor enemigo que la humanidad ha tenido y tiene.
Nunca ha sido una prisión más representativa de lo que nuestro Amauta, José Carlos Mariátegui, en el Perú de los 20´s llamara un "accidente de trabajo".
Nunca el heroísmo ha quedado más patente que en la encarnación de estos jóvenes cubanos que han sufrido -y sufren- todo tipo de vicisitudes y vejámenes por el hecho de representar la moral integérrima de un pueblo, el más rico presente que una patria puede entregar a su historia dolorosa, pero que apunta al orto de un mundo nuevo, de una nueva humanidad que ya sabemos posible.
Nunca cinco jóvenes han encarnado mejor, el espíritu enhiesto de una patria revolucionaria -en revolución permanente- y a la que el terrorismo mediático, impunemente, agrede las 24 horas del día.
El Delito de Cuba: haber abierto la trocha y demostrado que aun la más negra y excrementicia voluntad antihumana, la de USA, se estrella contra ese grito de libertad que, aún, resuena y resonará:
¡Patria o muerte, Venceremos!
Winston Orrillo, Premio Nacional de Cultura del Perú
Catedrático Principal de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos de Lima
Enviado por su autor a Cuba coraje
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